Las estaciones de frio pueden ser épocas difíciles para muchas plantas, especialmente aquellas que no resisten bien las bajas temperaturas. El frío puede deteriorarlas rápidamente si no se toman las precauciones adecuadas.
Afortunadamente, en el mundo de la jardinería existen varios trucos y recomendaciones para mantener tus plantas saludables durante estas estaciones del año.
La importancia del riego adecuado
Uno de los aspectos más cruciales a tener en cuenta es el riego. No todas las plantas pueden regarse en cualquier momento del día durante el invierno, ya que la humedad excesiva puede dañar sus hojas y raíces.
Mejor momento para regar
El mejor momento para regar tus plantas es por la mañana. A esta hora, las plantas pueden absorber más luz solar y el sustrato se seca más rápido, evitando que la humedad se convierta en un problema. Si riegas en la tarde o noche, el frío podría congelar el agua en la tierra, lo que perjudicaría las raíces, causando daños de los cuales es difícil recuperarse.
Alternativa si no puedes regar por la mañana
En caso de no poder regarlas en la mañana, lo ideal es hacerlo después del mediodía y colocarlas cerca de una ventana para que reciban luz. Si se pronostica mucho viento, cierra el espacio para protegerlas.
Otros consejos para el cuidado invernal de las plantas
Frecuencia de riego
Durante el invierno, las plantas no necesitan ser humedecidas con frecuencia, excepto si están en una habitación con calefacción. En condiciones normales, es mejor regarlas solo cuando el sustrato esté completamente seco. Este periodo de reposo es crucial para que las plantas se preparen para la floración de primavera.
Evitar el riego del follaje
No es necesario regar el follaje de las plantas en invierno. De hecho, hacerlo puede ser perjudicial, ya que el frío puede causar quemaduras en las hojas. Por lo tanto, evita limpiar las hojas con mucha agua durante esta estación.
Proteger las plantas del viento y el frío
El viento y las bajas temperaturas pueden ser especialmente dañinos para las plantas en invierno. Asegúrate de mantenerlas en lugares protegidos, especialmente durante los días de mucho viento. Si es posible, ciérrales el espacio para minimizar la exposición a las corrientes de aire frío.